De acuerdo con la edición 2009 de la Guía de Dispositivos Médicos ECRI (Emergency Care Research Institute), los incendios ocurridos en quirófanos están en el tercer lugar del top 10 de riesgos tecnológicos en hospitales. ECRI estima que ocurren entre 550 y 650 incendios en quirófanos en Estados Unidos. Varios estudios indican que los lugares más comunes en los que se presentaron igniciones fueron la cabeza, cara, cuello y parte superior del pecho (Hart, MD et al. 2011) lo cual significa que los pacientes de cirugía están desproporcionadamente expuestos a riesgo de incendio, en comparación con pacientes en otras áreas del hospital.
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Riesgos de Incendio en Quirófanos
A lo largo de mi carrera he tenido la oportunidad de participar en el diseño e implementación de sistemas de protección contra incendios, durante diferentes etapas y en varios hospitales de América Latina. Todos los profesionales del medio, con quienes he tenido la oportunidad de conversar, reconocen la importancia de minimizar el riesgo de incendio en quirófanos, considerando el costo de los equipos médicos que se encuentran en estos, pero no es muy común un entendimiento profundo del nivel de riesgo para los pacientes al momento de una cirugía.
Incendios en estas zonas son especialmente mortales, ya que las igniciones pueden darse directamente en la piel, o vías aéreas del paciente, por ser ambientes naturalmente ricos en oxígeno.
Los diseñadores y administradores de hospitales deben enfocarse primeramente en prevención, y junto con expertos médicos, crear ambientes en los que la posibilidad de un incendio sea mínima, dónde doctores, enfermeras y personal tengan acceso a los medios necesarios para controlar los incendios de forma segura, manteniendo a los pacientes fuera de peligro.
Los materiales combustibles más comunes que se pueden encontrar en un quirófano son los equipos médicos de protección personal, como batas, gorros y mascarillas, así como toallas, cortinas, esponjas y materiales que cubren, o se usan, sobre la piel del paciente. También se consideran potencialmente combustibles los tubos plásticos que llevan aire o gases médicos y se introducen en las vías aéreas. Es posible encontrar, además, químicos inflamables y soluciones basadas en alcohol que se utilizan para limpiar y desinfectar al paciente. ECRI considera que la piel y pelo también pueden ser fuentes de ignición cuando se cumplen ciertas condiciones como, por ejemplo, altas concentraciones de oxígeno en el ambiente.
De acuerdo con ECRI, el 68% de los incendios en quirófanos son causados por equipos de electrocirugía y otro tipo de aparatos eléctricos hemostáticos.
En este tipo de ambiente, con elevadas concentraciones de oxígeno, cualquier chispa puede causar igniciones. Entre los equipos médicos existentes en un quirófano, otros que también pueden causar chispa son: taladros quirúrgicos, desfibriladores, láser y unidades de electro cauterización. Por supuesto, la fuente de ignición más obvia son los cables eléctricos dañados.
Es importante mencionar también que el NFPA 99 Código de Instalaciones Hospitalarias considera que los sistemas de distribución de aire y gases médicos conllevan un riesgo de incendio o explosión inherente porque estos gases actúan como agentes oxidantes en caso de incendio, creando las condiciones ideales para que ocurra una ignición. Muchos estudios indican que casi cualquier material se vuelve inflamable en ambientes con concentraciones de oxígeno mayores a 30% (la concentración normal de O2 en el aire es 21%). El óxido nitroso que se usa para anestesia es capaz de soportar la combustión de la misma forma que el oxígeno (Hart MD. Et al. 2011).
Tipos de incendios en quirófanos y como mitigar el riesgo
Los incendios en ambientes de cirugía pueden dividirse en dos tipos, por ejemplo, los que ocurren en la habitación, alrededor del paciente, por combustión de equipos médicos o material almacenado en la cercanía de la mesa de operaciones, y los que se dan directamente en la piel y vías aéreas del paciente. Varios estudios consideran que el 44% de los incendios sobre la piel del paciente se dan en la cabeza, cara, cuello o pecho y el 21% al interior de las vías respiratorias.
Como mencioné anteriormente, la principal línea de defensa contra incendios en este tipo de ambiente es la prevención.
Empezando por el diseño y planificación del quirófano mismo, administradores que al reconocer los riesgos, trabajan con expertos médicos para minimizar los mismos, así como doctores y enfermeras entrenados continuamente para seguir los procedimientos de seguridad.
“Los elementos básicos del fuego están siempre presentes durante cirugía” menciona Mark Buley, Vicepresidente de Investigación Forense de Accidentes de ECRI. “Lentitud de reacción o el uso inapropiado de herramientas y técnicas de combate de incendio puede causar daños, destrucción o muerte” agrega Buley, haciendo un llamado al personal médico para que se involucre activamente, incluyendo cirujanos y anestesiólogos, en el entrenamiento de prevención de incendios.
ECRI, así como la FDA (Food and Drug Administration) recomiendan a cirujanos y enfermeras incluir en sus reuniones de preparación previa a cada cirugía la identificación de posibles riesgos de incendios y la ubicación de las herramientas disponibles para el combate y la mitigación de estos.
“Cada uno debe controlar uno de los lados del tetraedro del fuego, mediante la administración adecuada de su rol en la ecuación, los incendios en quirófanos pueden evitarse” dice Buley.
El personal médico debe identificar la ubicación de las válvulas de cierre de emergencia de oxígeno y gases, y evaluar la necesidad real de aire médico con concentraciones de oxígeno más altas que 25%. Por su parte, la OMS (Organización Mundial de la Salud) recomienda evitar el uso de fuentes abiertas de oxígeno sobre la cara del paciente, dando preferencia al uso de tubos intratraqueales o de máscaras de laringe. La OMS considera como buena práctica colocar cortinas de piso a techo alrededor de la mesa de operaciones que actúen como barreras para aislar la atmósfera enriquecida en oxígeno lo más cerca de la mesa de operación posible, y el resto del ambiente aislado.
Además, el ECRI recomienda que el personal médico debe participar en entrenamientos en el uso de los equipos de combate de incendio disponibles, así como simulacros para practicar técnicas de rescate y evacuación de pacientes. En caso de un incendio, todas las fuentes de oxígeno y gases médicos deben ser administradas adecuadamente y el equipo médico debe ser removido, si es posible, en caso de ser la fuente de ignición. En caso de no ser posible su traslado, deben extinguirse en sitio.
Es importante mencionar que el ECRI, así como muchas otras instituciones, como la OMS, recomiendan que la descarga de extintores debe darse luego de que el paciente haya sido removido de forma segura lejos del peligro. Sin embargo, en el caso extremo de que el fuego ocurra sobre la piel del paciente, el ECRI sugiere el uso de extintores de CO2 porque conllevan un riesgo menor de contaminación o daños a los tejidos humanos expuestos.
Protección Contra Incendios en Quirófanos
El IFC (International Fire Code) así como la NFPA 99 y el NFPA 101, Código de Seguridad Humana proveen efectivas guías para la protección contra incendios en instalaciones hospitalarias, sin embargo, como mencioné anteriormente, los quirófanos presentan retos específicos que sobrepasan el alcance de estos códigos.
La protección contra incendios puede ser pasiva o activa, el uso de una no excluye a la otra. La protección pasiva sirve el propósito de evitar o minimizar la propagación del fuego a través de los sistemas de ventilación, cableado eléctrico y cualquier apertura a través de paredes, techos, pisos y ventanas. Deben diseñarse para mantener alejados el humo y las llamas de incendios que puedan ocurrir en zonas aledañas al quirófano, pero también para prevenir que humo y llamas que ocurran al interior de un quirófano se propaguen a los quirófanos contiguos.
Estas protecciones incluyen, pero no se limitan a:
- Paredes, techos y pisos que no solo deben tener resistencia al fuego por 120 minutos, así como puertas con resistencia al fuego de al menos ¾ de ese tiempo, sino que deben estar selladas para evitar fugas de humo y llamas a través de estos.
- Uso de fire stoppings en todos los ductos de ventilación, eléctricos y cualquier otro tipo de tubería o ducto que perfore y cruce paredes, techos y pisos resistentes al fuego.
- Uso de coberturas intumescentes en todos los elementos estructurales y no estructurales.
- Mobiliario con protección retardante de fuego, sin embargo, es necesario reiterar que casi ningún material retarda el fuego cuando la concentración de O2 es mayor al 30%.
- Dámperes y sistemas de control de humo.
Todos los sistemas de distribución de oxígeno, aire médico y gases deben diseñarse siguiendo la guía de códigos internacionales, como la NFPA 99. Y los sistemas eléctricos, así mismo, siguiendo guías especializadas como la NFPA 70, National Electrical Code o la IEC 60601 (Requerimientos Generales para Seguridad Básica en el Uso de Equipos Médicos).
Las protecciones activas incluyen detectores automáticos de humo, así como medidas de extinción. El método preferido debe ser el uso de extintores de CO2 ya que, como mencioné anteriormente, estos minimizan el riesgo de contaminación o daño de los tejidos expuestos del paciente. Los extintores deben estar colocados de forma que sean de fácil acceso, e identificados con letreros plásticos que vayan de la pared al techo.
Aunque la NFPA 101 reconoce que el uso de rociadores es mandatorio en instalaciones hospitalarias, estos no deben ser activados durante una cirugía activa, ya que el agua de estos puede contaminar heridas abiertas. De hecho, el ECRI propone evitar el uso de medios de extinción a base de agua, incluyendo sistemas de agua pulverizada, por esta misma razón. También, el ECRI menciona que el uso de medios basados en agua puede generar charcos debajo de equipo médico, causando cortocircuitos o shock eléctrico a los ocupantes.
En relación con detección automática, no es recomendable usar detectores de tipo puntual porque pueden acumular polvo. El polvo común contiene altas concentraciones de células de piel humana muerta que puede contaminar el ambiente.
Los riesgos mencionados, así como la existencia de costoso equipo médico, requieren el uso de detección temprana. Lo más importante es minimizar el riesgo de exposición a humo y llamas a pacientes y personal médico. El método preferido de detección para este tipo de ambiente es el uso de detectores de humo por aspiración (ASD). Considerando que los quirófanos usan ventilación forzada, usualmente con un elevado número de cambios de aire por hora, las guías internacionales requieren el uso de equipos con alta sensibilidad.
La EN 54-20 prescribe el uso de detectores con sensibilidad Clase 1 o Clase 2 en este tipo de ambiente. Es importante diseñar el sistema de forma que, además de tener alta sensibilidad, minimice la posibilidad de alarmas no deseadas que puedan ser potencialmente letales.
Es posible encontrar en el mercado un tipo de sensor, conocido como “Sensor Invisible”. Este tipo de detector es completamente plano, y no cuenta con una cámara detectora dentro de la cual se pueda acumular el polvo. A diferencia de los sensores puntuales, usa un arreglo de sensores ópticos con tecnología de punta, que permite que el detector sea plano y no tenga ningún tipo de apertura. Este detector es de fácil limpieza y desinfección, no acumula partículas de ninguna clase en su superficie, y cuenta con un accesorio que lo vuelve IP66.
Es necesaria la instalación de detectores de ducto en el sistema de aire acondicionado para garantizar la activación de dámper y el sistema de control de humo. Usualmente los quirófanos poseen ductos de ventilación y retorno de aire individuales, no compartidos con las zonas contiguas y que cuentan con etapas de filtrado para evitar la fuga o ingreso de patógenos. Los detectores de ducto deben colocarse antes de estos filtros, en cada uno de estos ductos individuales.
Así como los extintores, las estaciones manuales deben estar ubicadas en lugares de fácil acceso y apropiadamente identificadas, para permitir al personal médico dar alerta en caso de un incendio.
En el evento de un incendio, dispositivos de notificación ubicados en zonas estratégicas del hospital deben activarse, relacionadas con el riesgo y la ubicación del incendio. Dentro de los quirófanos debe implementarse notificación visible, ya que alertas audibles pueden afectar el bienestar del paciente. Medios de evacuación por voz deben activarse en zonas comunes, de preparación y toda zona contigua.
Todos los elementos de detección y notificación deben reportar sus señales un panel central de alarma de incendio (FACP) para permitir al personal encargado de la planificación del proceso de evacuación tomar decisiones de forma oportuna, en tiempo real.
El panel, así como todos los sistemas relacionados a la detección y notificación deben instalarse siguiendo la guía de códigos internacionales, como la NFPA 72, National Fire Alarm Code, EN 54-14, BS 5839 o cualquier otro código local relevante.
Además, es importante reiterar la importancia del mantenimiento apropiado de todos los sistemas de protección contra incendio, activos y pasivos. Así como el entrenamiento constante y regular a todo el personal médico, este entrenamiento es crítico para minimizar el riesgo de incendio en quirófanos. La prevención es el primer paso, pero cuando los incendios ocurren, los resultados óptimos dependen de esfuerzos coordinados del equipo médico (Hart MD. Et al. 2011). Así mismo, un completo programa de protección y prevención debe implementarse en todas las áreas del hospital. Incluyendo los quirófanos.
Para recordar: RACE
R: Remover al paciente del peligro inmediato de incendio.
A: Alertar, activando la estación manual más cercana
C: Confinar, cerrando puertas y aperturas para evitar la propagación del humo y las llamas a los compartimentos contiguos
E: extinguir, si el incendio se encuentra en etapa incipiente el personal presente debe estar capacitado para la extinción. En caso de no poder controlarse por los medios disponibles, debe alertarse a los cuerpos de respuesta públicos.
Referencias:
- Hart SR, Yajnik A, Ashford J, Springer R, Harvey S. Operating room fire safety. Ochsner J. 2011;11(1):37-42.
- New Clinical Guidance on Surgical Fire Prevention and Management. Michael Argentieri, MS. ECRI Institute http://camcinstitute.org/professional/pdf/patsaf030311_handout.pdf
- Preventing Surgical Fires – The Joint Commission ISSUE 29 https://www.jointcommission.org/-/media/tjc/documents/resources/patient-safety-topics/sentinel-event/sea_29.pdf
- Medical Device Alert S0109 ECRI – ECRI does not recommend Water Mist Fire Extinguishers in Operating Rooms https://d84vr99712pyz.cloudfront.net/p/pdf/solutions/afig/water-mist-fire-extinguishers-for-use-in-the-or.pdf
- NFPA 99 Standard for Healthcare Facilities
- NFPA 101 Life Safety Code
- NFPA 72 National Fire Alarm and Signaling Code
- EN 54-20 Fire Detection and Alarm Systems – Aspirating Smoke Detectors
Iván Paredes Tamayo
Estudios en Ingeniería Electrónica y Automatización y casi 19 años de experiencia en los campos de prevención y detección de incendios como diseñador jefe y director de proyectos para varias empresas de integración. También se desempeñó como Bombero y especialista en Búsqueda y Rescate Urbano para el Departamento de Bomberos de Guayaquil durante 8 años. Durante los últimos cuatro años, se desempeñó como Gerente Regional de Marketing de Producto para Bosch Security and Safety Systems, responsable del desarrollo del negocio de detección de incendios dentro de Bosch, con enfoque en fortalecer la relación con la comunidad de prevención de incendios y las autoridades en América Latina, promoviendo la prevención de incendios, conocimiento para ingenieros y público en general, en la creación de edificios más seguros.